Corazón humanitario
PMA
La pandemia se ha llevado de todo menos la sonrisa de los payasos
“Si uno no tiene comida y sus hijos piden, uno no tiene paz”
El hambre se agudiza en los últimos cinco años
Al menos 155 millones de personas en 55 países sufrieron hambre aguda en 2020, 20 millones más que en 2019. Así lo destaca el Informe Mundial sobre Crisis Alimentarias 2021. Se trata del mayor aumento en cinco años para las personas que padecen una inseguridad alimentaria que pone en peligro su vida, acompañada de un deterioro de los medios de vida. El informe destaca también el impacto letal de los conflictos, las consecuencias de la crisis climática y las crisis económicas; todo ello exacerbado por la pandemia COVID-19.
“La gente ha perdido sus trabajos. Ha perdido la esperanza”
La aplicación de recaudación del PMA, ShareTheMeal, ha sido reconocida por Google y Apple como una de las mejores de 2020. Por solo $0,80, y desde tu teléfono, puedes ayudar a alimentar a un niño que pasa hambre.
En julio, la pequeña fue diagnosticada con desnutrición aguda. Tres meses después, las brigadas de salud y nutrición fueron a su casa para ver cómo estaban ella y su familia.
Juventudes rurales encabezan las brigadas de salud y nutrición
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) es la organización humanitaria más grande del mundo y trabaja para salvar y cambiar la vida de más de 100 millones de personas en 88 países. El PMA es uno de los primeros en llegar al terreno en caso de emergencia, proporcionando alimentos y otro tipo de asistencia a las víctimas de conflictos, sequías, inundaciones, terremotos, o huracanes, así como pandemias – y no solo en el caso de COVID-19. Todo enfocado en el desarrollo sostenible, y apoyando a los gobiernos a gestionar de la seguridad alimentaria.
Tras 52 años de guerra, las comunidades afectadas por el conflicto en Colombia construyen la paz produciendo alimentos. Hoy se dedican a actividades agrícolas, avícolas y de piscicultura. “El alimento es lo más fundamental en la vida de cualquier ser humano, esté donde esté, haga lo que haga. Un pueblo con hambre no avanza, retrocede,” dice Edgar, que ingresó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a los 15 años con dos hermanos. Con la firma del Acuerdo de Paz, cambió las armas por cebollas que cultiva con dedicación.
Sida: “Los antiretrovirales no funcionan sin alimentos”
Nicaragua: “Los muros de las casas parecían gelatina"